La educación cristiana puede transformar la sociedad desde el salón de clases o del hogar, por esta razón, requiere de educadores cristianos comprometidos y cuyos fundamentos estén establecidos en la Palabra y el corazón de Dios. Durante este curso, se buscarán respuestas a las preguntas filosóficas: ¿Para qué educamos? ¿A quién educamos? ¿De quién es la responsabilidad de educar? ¿Cómo debemos enseñar? ¿Qué debemos enseñar? Estas preguntas son fundamentales para definir una filosofía educativa.